9 de marzo de 2014

Los ángeles malos de Talaván, Antonio Avilés Amat



Foto de Samuel Rodríguez Carrero
                  
Poco lejos habría llegado la campaña "Salvemos a los condenados de Talaván" de no ser por la participación activa del Centro de Estudios Bejaranos (CEB), responsable, entre otros logros, de la inclusión de la ermita del Santo Cristo en la "Lista Roja del Patrimonio" de Hispania Nostra y de la recogida de las más de 400 firmas a través de Change.org que se hicieron llegar a Monago. Todo comenzó a principios de 2013, cuando Antonio Avilés Amat y Roberto Domínguez Blanca, representando a esta institución, me acompañaron en una visita a la ermita talavaniega. Yo buscaba voces autorizadas que respaldaran la causa; Antonio y Roberto, en aquella ocasión, sencillamente se quedaron alucinados, y, por fortuna, el Centro de Estudios Bejaranos acabó tomando las riendas de la campaña. Porque, si la reacción "oficial" de las autoridades patrimoniales extremeñas y del propio Monago ha resultado decepcionante hasta la náusea, a nivel particular no puedo por menos que admirarme de las respuestas personales, de la asombrosa cantidad de gente que, desinteresadamente, me ha echado una mano al hombro para decirme: "Este camino lo hacemos juntos". 
Hoy, Antonio Avilés, Presidente del Centro de Estudios Bejaranos, toma el relevo a Carmen Cascón en el tramo bejarano de la cadena a favor de la ermita del Santo Cristo de Talaván. Ya en aquella mencionada visita, Antonio advirtió la intersección entre Cielo e Infierno. Ya le hizo gracia la "borla cuartelera como usaban los nacionales". Ya los réprobos le susurraron una llamada de auxilio.
Gracias, Antonio. Toda nuestra lucha se resume en la última frase de tu texto: "demandar a los poderes públicos la urgentísima intervención en esta singular reliquia de nuestro pasado antes de que sea demasiado tarde".


 LOS ÁNGELES MALOS DE TALAVÁN


-Pero, ¿cómo van a ser ángeles con tal indumentaria?

-Por las alas.

-Y, ¿con esos capirotes que llevan borla cuartelera como usaban los nacionales? ¿Dónde se han visto seres seráficos así? A ver, ¿dónde? Si en todas las representaciones iconográficas, revisadas una a una, jamás se ven entes semejantes. Para ángeles los de Murillo rodeando a sus Inmaculadas que da gusto verlos tan lozanos y mofletudos. O los del Greco tan estilizados con sus alas batientes y enormes, o de Velázquez que parecen nacidos en Triana y, si me apuran, hasta los de Zurbarán tan cetrinos… Pero, ¿estos? más parecen condenados del Santo Oficio de la Inquisición en los oscuros y “recios tiempos” de Trento y la Contrarreforma.

-Es posible que lo fueran, que Llerena, donde sentaba sus reales el tribunal extremeño, no quedaba tan lejos. Y comisarios –todo oídos a las delaciones- y familiares hasta en el más aislado lugar los había.

-Sí; pero ¿qué pintan –o mejor porqué fueron pintados- tales tipos en esa extraña capilla circunvalando el perímetro interno de su cúpula con tan terribles expresiones y ese despliegue/profusión de alas que parecen de papel?

-Tal vez la explicación pudiera venir por la leyenda “OBLATVS ET QVIA IPSE VOLVIT. ET PECCATA NOSTRA IPSE. PORTAVIT”, tomada del versículo con que finaliza el capítulo 53 del Libro de Isaías, que también aparece bajo ellos. Se trataría, según esto, de una capilla expiatoria en la que el cielo y el infierno, como novísimos o postrimerías, tras la muerte y el juicio, se encontrarían muy cercanos… Y esos extremos, que casi se tocan de tan próximos, producen pavor; el mismo de esos rostros con las bocas muy abiertas y los dientes como de sierra de los ángeles malos de Talaván.



     Pero no se trata de más explicaciones/disquisiciones sobre el asunto -que deben ser bastantes y documentadas- sino de proteger una pequeña joya del patrimonio común para que no desaparezca después de casi cuatro siglos de existencia. Yo desde aquí levanto mi voz, como recientemente lo ha hecho el periodista Sergio Lorenzo desde las páginas del diario extremeño “Hoy” [1] dando a conocer los 15 monumentos cacereños en la Lista Roja (entre los que se encuentra la ermita del Santo Cristo de Talaván), para demandar de los poderes públicos la urgentísima intervención en esta singular reliquia de nuestro pasado antes de que sea demasiado tarde.







                                                 ANTONIO AVILÉS AMAT.






[1] Hoy. Domingo, 23.02.14, pp.38 y 39.



Gabriel Cusac

2 comentarios:

jesús lópez dijo...

Buenas tardes, Gabriel. Veo que ya te has pasado por mi blog y que has dejado un comentario. Espero no haberos defraudado. He intentado hacerlo lo mejor posible porque desde que Samuel me transmitió la idea no se me han quitado de la cabeza los inquietantes personajes.Y también porque me parece tremendo que la pequeña ermita se esté viniendo abajo sin que nadie haga algo por remediarlo.

Enhorabuena, por tanto, por la iniciativa. No desfallezcas, por favor. Yo haré todo lo que pueda por ayudar.

Por cierto, somos paisanos. La totalidad de mi familia procede de la Sierra de Cádiz, donde viajo con frecuencia. Yo vivo en Villanueva de la Serena desde hace doce años más uno y estoy encantado, pero la tierra también tira...

Un afectuoso saludo.

Gabriel Cusac dijo...

Hola, Jesús. Colaboraciones como la tuya ayudan a no desfallecer, aunque confieso que, tras un año de campaña, el desprecio de las autoridades patrimoniales extremeñas casi me hace tirar la toalla. La cadena, o las cadenas, es una iniciativa útil para que esto no pase. Y ha tenido un comienzo fulgurante; ójala veamos una expansión epidémica.
Un saludo, paisano, y mil gracias.