26 de abril de 2013

Bienvenido, Mr. Franco

Franco y su sucesor en la Jefatura del Estado


Béjar, otoño de1949. Aleluya, hosanna y Francofrancofranco. Porque ha avisado el Gobierno Civil del advenimiento de Francisco Franco Bahamonde a la ciudad de Béjar, que se realizará dependiendo de la fecha de su viaje como Jefe de Estado a Portugal. Hay pleno extraordinario en el Ayuntamiento, y principia octubre, pero debe parecer víspera pascual en el consistorio, aleteando en los corazones concejiles el cuervo azul de las emociones fascistas. El Alcalde, Antonio Gómez-Rodulfo Rodríguez-Arias (empero, un solo hombre), presenta la apoteosis. Perdón, la moción. Consiste en crear la Medalla de la Ciudad, en sus grados de Oro y Plata. Literalmente,  “la primera, como galardón a conductas ejemplares en defensa de la Patria o de Béjar, y la segunda como premio al genio, al talento, a los valores positivos, al heroísmo y en general a actuaciones destacadísimas de las que pueda enorgullecerse la ciudad o España”. Grandilocuente párrafo que, bien leído, hace imposible distinguir los metales. Un servidor, por cierto, tiene la distinción argentina (aunque no sabe dónde) de la ciudad estrecha, porque se concede automáticamente, per se, con el nombramiento de cualquier concejal (reconozco que, en mis locuras de mocedad, llegué a perpetrar semejante cargo) por más inútil o hijoputa que sea. Un servidor lee lo de genio, talento, etc y le entra la risa tonta.
Una vez creada la Medalla de la Ciudad, se otorga a Franco el colgante áureo, que será encargado a la madrileña Casa Villanueva y Laiseca, “como prueba de exaltado entusiasmo y de gratitud verdadera que el Concejo bejarano siente hacia el Generalísimo”. Ipso facto y ex profeso, así da gusto.
La visita oficial del dictador a Béjar deriva en una cascada de actos protocolarios. O, más bien, en su proyecto. Transcribo literalmente del acta municipal de la sesión extraordinaria del 4 de octubre de 1949: “Recibimiento de S.E. el Generalísimo y Jefe de Estado en el Ayuntamiento y seguidamente ofrecimiento de la Medalla de Oro de la Ciudad; comida en el Casino de Bejar, por ser el local que reune mejores condiciones para éllo, visita a la Capilla de los Salesianos; inaguración oficial de la Escuela de Peritos Industriales; visita al Grupo de Viviendas Protegidas “Virgen del Castañar”; visita a una o dos fábricas textiles y recepción de los industriales en la Escuela de Peritos Industriales, con exposición de productos textiles, acordando la Corporación Prestarle su aprobación al programa de actos oficiales”. Con leves precisiones o modificaciones –en el Santuario del Castañar habrá tedéum, que es el himno teocrático de las solemnidades cesáreas, y luego se subirá a Llano Alto, para que el Generalísimo pueda admirar “el magnífico paisaje que desde punto tan elevado se contempla”-, este programa de actos será ratificado en la sesión posterior del 14 de octubre.
Dentro del paquete, para que la ciudad presente buena cara ante el Caudillo, también se dispone la ejecución de obras urgentes, como el arreglo de algunas plazas y calles, el “blanqueo de inmuebles y arreglo de fachadas, cursando oficio a tal fin a los propietarios respectivos” o el capricho de arte efímero consistente en instalar un arco de triunfo “entre el edificio del Asilo de Ancianos Desamparados y el Parque”.
Y algo decente tendrán que comer, los señores. Séame permitido, al respecto, citar una copla y una quintilla introductorias. La primera, popular y bejaraní, dice:
La torre del Salvador
se está cayendo de risa,
por ver a los bejaranos
con corbata y sin camisa.
La segunda es de Manuel del Palacio, referida a  Lhardy (añádase mi público reconocimiento a la Wiki):
El que en su tienda repara
en apetito se enciende
y la vista no separa;
por eso lo que nos vende
cuesta un ojo de la cara.
Porque, efectivamente, hablamos del mítico restaurante madrileño. Se planea una espectacular operación de cáterin, sin precedentes en la ciudad estrecha, para 120 comensales. Lhardy entrega dos presupuestos, uno de 30.000 pts., y otro de 24.000. Respectivamente:


1)
Jamón natural
Canapés de fuagrás
Canapés de caviar
Bouchées à la Reine  
(Botaina y Tío Pepe)
Petite Marmite
Turbantes de langosta o langostinos con salsa tártara y mayonesa
Espárragos con salsa holandesa
(Cepa Rhin 1920)
Capones trufados con guarnición
(Murrieta 1921)
Mousse de café
Macedonia de frutas al Kirsch
(Codorníu N.P.U.)
Café
(Bobadilla Gran Reserva y Anís del Mono)

2)
Jamón natural
Canapés de fuagrás
Bouchées de pechuga
Rizos de lenguado
(Viña AB y Cándido)
Consomé doble al jerez
Lubina fría montada con salsas tártara y vinagreta
(Murrieta, 1923)
Solomillo mechado asado con legumbres
(Paternina, 1920)
Biscuit glacé al Chartreuse
Tarta de moka
(Codorníu N.P.U.)
Café
(Coñac Larios 1866 y Anís del Mono)


Me viene el recuerdo de la ya añeja Canción para las manos de un soldado. Cuántos bejaranitos de aquel país hambriento habrían comido (y bebido; qué barbaridad etílica) por los 120 privilegiados comensales, o, mejor, por esas 24 ó 30 mil pesetas de entonces. Aunque las cosas no han cambiado tanto es este aspecto, es cierto. O no han cambiado nada. Las élites del poder siempre han gustado de disparar con pólvora ajena, la del pueblo.
Pocos días después de esta especie de jubileo consistorial bejarano, muere José Sabaté en un tiroteo con la policía, otro miembro más de la CNT caído en un mes trágico para la resistencia antifranquista. El día 22, ese criminal campante llamado Francisco Franco es recibido por su colega Oliveira Salazar. Y el día 25 se comete ese inmenso desacato moral: el Caudillo es obsequiado con el grado de doctor “honoris causa” en Derecho por la Universidad de Coimbra. Son dados los bribones a intercambiarse honores.
Por alguna comunicación que se escapa a mis pesquisas, Franco debió aplazar su visita a noviembre, según figura en el acta de la sesión plenaria del día 14 (no la anterior del 4, cuando se le concede la Medalla de Oro). No vino en noviembre. Después, tampoco vino. Era un criminal campante.
El 2 de diciembre del mismo año, el concejo bejarano concede la Medalla de Plata de la Ciudad a Mateo Hernández, recientemente fallecido. Tan soberbio republicano no la habría aceptado en vida. Paradojas de nuestra historia local.
Por Gabriel Cusac




           



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Falta de respeto como muy republicano que es usted, pero no sabe puesto que estaba muerto si hubiese aceptado o no la medalla Mateo Hernandez que dejó todo a su querida tierra bejarana, y tambien El Generál Franco habia defendido en Bejar a los que no tenian ideas republicanas o rojas y se les queria y se les mataba simplemente por esto, que no los rojos tienen el honor de ser objetivos en sus ideales, y se cargan a los que piensan distinto, osea, mejor es callar y olvidar las canalladas, que de todo habia en esa maldita guerra, y no se libró nadie.

juan de la cruz471 dijo...

Excelente investigación. Lástima que nos falte la voz del NODO para ponerla en pie con todos sus elementos sensoriales.
Para mí, que no soy de Béjar y quiero ser bejarano adoptivo es decepcionante, ¿o sea que era mentira eso de que hace unos años se iba de "la ciudad de Béjar al pueblo de Salamanca"? ¡que desilusión! ¿No me digan que para estar a la altura de aquel culo bajo (en la academia, además de Cerillita, por su voz atiplada, le llamaban Paca la Culona) tenían que traer la comida de fuera, y para colmo, el Caudillo por la G.de Dios pasó de largo o no pasó como Mister Marshall por Villar del Río.
Pero hay que decir que debió de pasar en un momento, -sublime para él- nada menos que en 1936, cuando subió de Cáceres hasta Salamanca donde fijó su cuartel general en el palacio episcopal que por la G. de Dios le cedió el Sr. Obispo.
Aunque reconozcámsolo con menoscabo bejarano: tuvo que pasar antes por Puerto de Béjar y por Cantagallo.

Gabriel Cusac dijo...

Era bajo total, Juan. Cuando daba los discursos en el balcón de la Plaza de Oriente lo hacía sobre una caja. Pues se me olvidó contar que, a raíz de esta visita frustrada, nació una leyenda urbana (o pueblerina, tanto da): Franco no vino a Béjar por temor a que en la llamada "perla roja de Castilla" le obsequiaran con un atentado...La perla roja de Castilla, fíjate. En lo que hemos quedado.
No sé por dónde llegó a Salamanca, porque este hombre era muy retorcido, pero lo lógico es pensar que sí, que "pasó de paso".
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena por esa investigación (ya investigada por cierto). Más: Franco se desplazó EN AVIÓN desde su cuartel de Cáceres al de Salamanca. Y no temió que le pasara nada en Béjar, no vino porque el viaje a Portugal (mucho más necesario) se antepuso. Esta CIUDAD hace mucho que dejó de ser, por suerte, la "perla roja" si es que alguna vez lo fue.

Gabriel Cusac dijo...

Interesante aporte, anónimo comentarista. Me gustaría saber dónde está publicada esta investigación ya investigada sobre la visita de Franco a Béjar.

juan de la cruz471 dijo...

Es temible. Pero quizá debamos ser temerosos de las fundaciones. No sólo la mediática sobrina nieta política, la fundación FAES de uno que fue como su mentor/antecesor perdiendo el bigote.
Su tía abuela (política) la fundación Francisco Franco, presidida por la multípara de vagos vástagos, Carmencita "me dan mucha pena los pobres niños que viven el la zona roja sin dios y las comodidades que yo gozo" mientras su papá repetía con los labios.
Bueno, que la fundación Francisco Franco, demandó la audacia de meter a Franco en una nevera de supermercado dispensadora de cocacolas frescas.
Temamos hoy 12 de julio de 2013. Si te pueden empapelar por usar su imagen pública, ¿por qué no podemos demandar todos a esa familia por imponernos su imagen en las escuelas, monedas y sellos durante más de cuarenta años?. Que tuvieron curso legal hasta la llegada del nefasto euro ya en 2002. En mi pueblo poníamos pesetas al tren y aplastábamos su cabeza (y la G. de Dios también). Espero que en la Fundación Francisco Franco no se enteren de aquella performance. Por si acaso alegaré que era menor de edad penal.
Yo lo que no entiendo es por qué no ha demandado la coca cola a ese "artista". La imagen de marca está muy perjudicada poniendo en su nevera de frescos productos así. Caducados, y de pésima calidad.

juan de la cruz471 dijo...

Abundando sobre el miedo a las fundaciones; invento a veces sumidero de dinero por cloacas blanqueadoras(recuerdo a la cautiva y desarmada fundación Noos)
Más en serio, comento que hay dineros de nostálgicos, -seguro que cazan unas cuantas herencias al año-, que pueden ir a parar a la Fundación Francisco Franco para honrar la figura del dictador y defenderle de los ataques a su honorabilidad.
Incluso gratis, pero si además hay dinero, sobran abogados para perseguir no sólo a los difamadores y calumniadores, (no sería justo decir, por ejemplo, que Queipo de Llano, tan machote él, sodomizaba a Francisco Franco en la Academia de Toledo y por eso le llamaba "Paca la Culona") sino a todo el que utilice el nombre o la imagen de Francisco Franco de cualquier manera. Y eso es temible.
Como no lo pare la jurisprudencia a lo peor en lo sucesivo tendremos que escribir no que fue un "dictador" sino que era el caudillo de una democracia orgánica.
Tú verás si lo publicas.

Gabriel Cusac dijo...

La pena penita pena es que, habiendo salido de una dictadura, hoy la democracia española -nunca madura- ya ha degenerado sin paliativos en estafa, en cueva de Alí-Babá y en descarado saqueo de lo público en interés de una élite. Nos lo quieren quitar todo, incluida la dignidad. Y estamos en lo de siempre: los de arriba y los de abajo.
Por cierto, hablas de la fundación FAES. Busca en internet el chupetón a la teta pública que acaban de llevarse estos demócratas. De otra joya fundacional, la Ideas (para forrarse), mejor no hablar. Este país está podrido.